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¡Hola! Hoy vamos a explorar juntos un verso muy especial de la Biblia que se encuentra en el libro de Gálatas, capítulo 2, versículo 20. Este versículo dice así:
"He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó por mí."
Este verso es parte de una carta que el apóstol Pablo escribió a las iglesias de Galacia. Antes de adentrarnos en nuestro verso, es importante entender el contexto. Pablo está defendiendo su apostolado y la enseñanza del verdadero evangelio que él predica, frente a otros que intentan distorsionar el mensaje de Jesús. En los versículos anteriores, Pablo habla sobre cómo fue aceptado por los otros apóstoles y cómo incluso enfrentó a Pedro, uno de los principales apóstoles, por comportarse de manera que contradecía el evangelio.
Ahora, vamos a desglosar el versículo para entenderlo mejor:
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"He sido crucificado con Cristo": Esto suena bastante dramático, ¿verdad? Pero aquí, Pablo no está hablando de una crucifixión física como la que sufrió Jesús. Está utilizando una figura de lenguaje para explicar que, al convertirse en seguidor de Cristo, él dejó atrás su vieja vida. Es como decir que su antiguo yo, con todos sus errores y pecados, ya no existe.
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"Y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí": Aquí, Pablo explica una verdad maravillosa. Aunque físicamente sigue siendo él, su vida ahora está completamente guiada por Jesucristo que vive en él a través del Espíritu Santo. Esto significa que sus pensamientos, acciones y palabras están influenciados por el amor y la sabiduría de Jesús.
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"Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por la fe en el Hijo de Dios": Pablo sigue viviendo en su cuerpo físico, pero la manera en cómo vive ha cambiado radicalmente. Vive por la fe, lo cual significa que confía plenamente en Jesús, el Hijo de Dios. La fe de la que habla Pablo no es solo creer en algo; es una confianza completa en Jesús y en su sacrificio, creyendo que es suficiente para su salvación y para guiarlo cada día.
- "Quien me amó y se entregó por mí": Este es un recordatorio poderoso del amor increíble que Jesús tiene por todos nosotros. Jesús mostró su amor no solo en palabras, sino que dio su vida por nosotros. Este amor es la base de nuestra fe y la razón por la que podemos confiar plenamente en él.
Aplicaciones Prácticas:
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Identidad en Cristo: Así como Pablo encontró su nueva identidad en Jesús, nosotros también podemos. Esto significa que no importa lo que hayamos hecho antes, podemos comenzar de nuevo con Cristo y vivir una vida llena de su amor y sabiduría.
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Vivir por fe: Vivir por fe como lo describe Pablo es confiar en Jesús cada día con todo lo que somos y tenemos. Esto puede ser desde enfrentar miedos hasta tomar decisiones importantes; podemos pedirle a Jesús que nos guíe y confiar en que lo hará.
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Recordar el amor de Cristo: Saber que Jesús nos amó tanto como para dar su vida por nosotros es algo que puede darnos fuerza y consuelo en todos los momentos. Cuando nos sentimos solos, tristes o confundidos, podemos recordar este amor y saber que no estamos solos.
Conclusión:
Galatas 2:20 es un versículo lleno de profundas verdades espirituales que nos invitan a transformar nuestra manera de vivir. Nos recuerda dejar atrás nuestro viejo yo, vivir una nueva vida en Cristo, y hacerlo todo basados en la fe en su amor incondicional. Este versículo puede ser un faro de luz en nuestra vida diaria, guiándonos a ser mejores, a vivir con propósito y, sobre todo, a amar profundamente como Jesús nos amó.
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